Cinema Chile

LEÓN Y COCIÑA COMPARTEN LOS DETALLES DE SU NUEVA OBRA QUE DEBUTA EN EL FESTIVAL DE CANNES 2024

mayo 14, 2024

Los hiperbóreos, el segundo largometraje de la destacada dupla Cristóbal León y Joaquín Cociña (La casa lobo, 2018) llega al Festival de Cannes, para ser parte de la Quincena de Cineastas, que se extenderá entre el 15 y 25 de mayo.

Este largometraje que tendrá su premiere mundial el 16 de mayo, marca múltiples hitos en la carrera de los directores al llevarlos por primera vez al escenario de Cannes, donde además estos maestros del stop-motion se aventuran por primera vez en el terreno del live-action participando ellos mismos del elenco.

En este nuevo desafío los sigue acompañando desde la producción Catalina Vergara (Globo Rojo Films) Además, el equipo también está conformado, al igual que La Casa Lobo, por la co-guionista Alejandra Moffat, Natalia Geisse en la co-dirección de arte, Claudio Vargas en diseño sonoro y Paolo Caro en el montaje.

La obra que mezcla ficción y fantasía, comenzó su rodaje en 2022 con una innovadora propuesta inmersiva en Santiago, donde el público pudo participar en el set de filmación. La trama sigue a dos cineastas en busca de materiales perdidos de una película no digitalizada, con la colaboración de la actriz y psicóloga Antonia Giesen. Ella aclara al espectador que lo siguiente será un intento de reconstruir ese filme extraviado y sin título.

Si te quedaste con ganas de descubrir más de Los hiperbóreos, ¡no te preocupes! Los directores conversaron en exclusiva con CinemaChile y en esta previa a Cannes, te traemos los detalles más relevantes que destacan el continuo éxito de esta dupla chilena en su carrera.

Me gusta pensar las películas como sueños colectivos, como reflejos distorsionados de la realidad de una comunidad. Para mí esta película es una pesadilla sobre Chile y también una pesadilla sobre nosotros intentando hacer películas normales.  

Cristóbal León


Todas las hermosas personas que trabajaron en el rodaje querían hacer las cosas bien y nosotros queríamos hacer todo chueco. Pero cada una de las personas involucradas confiaron en nosotros (o actuaron muy bien) y al final lo complejo fue tomar toda la energía que el equipo irradiaba y hacer algo sensato con esa generosidad.       

Joaquín Cociña

¿Qué les motiva a hacer esta película?

Joaquín Cociña: Qué pregunta más difícil. Puedo responder desde lo último que hablé con un amigo cineasta. Él está en un proceso de preproducción largo, y me compartió una duda fundamental que tenía: ¿por qué siquiera preocuparse de hacer una película, con todos sus esfuerzos y gastos, para alimentar una corriente de producción sobre poblada y repetitiva? En inglés las películas y series online se les llama Streaming. Algo así como hacer la corriente, ser parte de la corriente, alimentar el río de producciones. Es el famoso “contenido” (qué palabra más fea). Yo le decía que en el contexto de esta corriente de producciones audiovisuales con y sin cuerpo, lo único que me hacía sentido era hacer algo particular, erróneo quizás, pero específico y especial, algo que puede gustarte o disgustarse, pero que no te deje apático.

Cristóbal León: En primer lugar queríamos hacer una película que encarnará nuestro caótico proceso de escritura. Durante la pandemia nos perdimos delirantemente en la escritura de un guión que resultaron ser dos y quizás tres. Queríamos que esta película fuera el espejo de esa pesadilla creativa. Por otro lado, queríamos hacer una película que fuera una visión mitológica de Chile. Queríamos crear nuestra propia mitología en la que se mezclan mitos locales y universales, personajes históricos y nosotros mismos. 

¿Es el primer largo que mezcla ficción y animación?

Joaquín Cociña: Es nuestro primer largo que no es sólo animación. Hay muchos ejemplos en otras partes del mundo, como el Mary Poppins de Disney, por ejemplo. En el caso de la animación Stop Motion, Jan Svankmajer es la piedra fundacional. Pero esta película no tiene tanta animación, se parece más a Plaza Sésamo.   

¿Qué desafíos significó para el proceso creativo y de dirección?

Joaquín Cociña: Con Cristóbal hemos hecho muchas cosas distintas, pero nunca hicimos un rodaje convencional, en el sentido de tener un equipo grande con un rodaje acotado a un tiempo definido. 

Al comienzo pensamos en ponernos roles separados o por turnos en la dirección, pero al final apostamos por no ponernos de acuerdo y ver si podíamos fluir co-dirigiendo sin establecer roles entre nosotros. Y funcionó muy bien. Nos conocemos y respetamos nuestros espacios. Es un poco como bailar. Lo más complejo era estar atentos, creativos, empáticos y concentrados durante las extenuantes jornadas de rodaje. 

¿Qué referentes de cine o artísticos tuvieron en mente para esta película?

Cristóbal León: Definitivamente el trabajo que hicimos para Beau is Afraid de Ari Aster, fue muy importante. Esta película se gestó de alguna forma mientras trabajábamos en eso. La Recta Provincia de Raul Ruiz fue una referencia gigante, al menos para mí. El trabajo del coreógrafo francés Xavier Le Roy fue también una gran inspiración para mí, porque hace trabajos que contienen su propia explicación, que reflexionan sobre sí mismos y que se transforman. Cuando vi su trabajo por primera vez me voló la cabeza por su capacidad de absorber más capas. Nosotros hemos intentado desde el comienzo hacer películas que son ficciones, pero que son también documentaciones del proceso de hacer esa ficción.

 
Joaquín Cociña: Esta película está plagada de referencias a los comienzos del cine. Estábamos tratando de dialogar con Méliés, con Segundo de Chomón, con las películas de aventuras de los años 40, algo con el Lars Von Trier de Dogville, con Raul Ruiz, con Plaza Sésamo.

En el equipo trabajó Francisco Schulz, parte fundamental de 31 Minutos, por lo que que también estaba eso por todos lados. También esta película es una especie de acto de magia para transformar la experiencia de trabajar con Ari Aster en una experiencia propia.  

Joaquín Cociña

Es otro tema que gira en un aspecto político, ¿el cine de León & Cociña aspira a la reconstrucción de la memoria desde el arte?

Joaquín Cociña: La memoria política yo la entiendo como agua que cae en arena: vez el agua, la ves caer, y desaparece en el momento que toca el suelo. Hacer obras con una base política supongo que tiene en parte que ver con mantener esa memoria fresca, viva, y que no drene por la arena y desaparezca. Nos acostumbramos con mucha facilidad a que las cosas sean como lo son hoy, pero cada momento tiene su base en algo que creció, que fue construido, cocinado, horneado, escrito, peleado, amado y negociado. Más que re construir creo que me gusta la idea de mantener viva nuestra memoria. 

Cristóbal León: Como artistas tenemos casi el deber de multiplicar las miradas sobre la historia de nuestra comunidad. Me gusta la metáfora del sueño para pensar el arte, y los sueños son incontrolables, son a veces molestos, se relacionan con el inconsciente, con nuestra zona oscura y caótica, no con la narración ordenada y lógica que nosotros intentamos imponer sobre la realidad.

¿Qué elementos de enganche creen que puede encontrar el espectador?

Joaquín Cociña: Nos gusta armar películas que son como una cueva, como un sueño en el que te metes y, al salir, no sabes bien dónde estuviste, pero te quedas con algo de ese suelo que atesoras por un largo tiempo. Es una película repleta -quizás demasiado- de ideas técnicas e ideas narrativas. Es un viaje a la fuerza por el acto de narrar, por el intento de hacer una película.

Cristobal León: Jajajaja. No sé.

¿Estar en la Quincena en Cannes es otro gran hito en sus trayectorias cada nueva película es como subir otro peldaño?

Joaquín Cociña: Cada película abre nuevas puertas. La Casa Lobo estaba ya fuera del ciclo de salas de cine y tuvimos una pasada el 2023 por Japón que fue una sorpresa para todo el mundo, con mucha taquilla y mucho amor de las personas que la vieron. Estar en la Quincena es hermoso, nos lleva a un lugar que no conocemos. Espero que Los hiperbóreos nos muestre caminos que no hemos transitado. Es una película que aún no entiendo, por lo que no sé qué esperar.


Cristobal León: No lo pienso como un ascenso hacia algún lugar. Cada nueva película debe ser para nosotros un viaje hacia una zona desconocida. La idea de los peldaños me hace pensar en subirme a algún piso que está arriba o a un carro que no se si me interesa. Me esfuerzo, y nos esforzamos juntos con Joaquín, en pensar en el arte no como un sistema en el que nos tenemos que insertar y validar, sino como algo que hacemos. Desde niño me resuena esa frase de Los Prisioneros: en el colegio se enseña que la cultura es cualquier cosa rara menos lo que hagas tú.

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